Poco tiempo atrás, en www.dialogico.com.ar la consultora que dirijo, junto a mi socia Mariela Campodónico, fuimos gratamente sorprendidos por los resultados de una encuesta de clima: una abrumadora mayoría del personal entrevistado, aseguró preferir el trabajo a distancia, comparado con el trabajo en la sede de la empresa.
Hoy estamos en condiciones de afirmar que el trabajo a distancia o home office ha llegado para quedarse, instalando definitivamente un tema que hasta hace unos meses era objeto de profundos debates y hoy día ya casi no es tema de conversación.
Hay muchos trabajadores, técnicos y profesionales, que no retornarán al modelo anterior, podemos decir que para toda tarea que pueda realizarse a distancia, con las mismas prestaciones, calidad y efectividad que presencialmente, no volverá al trabajo presencial.
¿Qué factores aparecen como ventajas principales del home office? El ahorro de tiempo de viajes, la reducción de gastos y la gestión de la jornada laboral por objetivos y no por horas de trabajo. En particular las madres de niños pequeños y adolescentes, celebran efusivamente la nueva modalidad, aunque aún deben sufrir las consecuencias de la improvisación y de una logística que todavía no se ajusta a las necesidades y encuadre del trabajo en casa.
En este sentido las empresas y en particular las áreas de RH tienen mucho por hacer, para articular las nuevas condiciones de trabajo a distancia, con el resto de las actividades cotidianas, que una persona y en particular las madres, desempeñan durante el día.
Las desventajas que los entrevistados de la mencionada encuesta señalan, tienen que ver con los efectos negativos del menor contacto personal, el escaso trabajo cara a cara, la falta de espacios extra laborales, la difícil integración del equipo a la distancia y el modelo poco claro aún, de liderazgo de equipos remotos. Debemos aceptar que una geografía laboral en común, contribuye a la consolidación del equipo y a la configuración de una cultura de empresa, que hoy no se está dando.
El ser humano, en parte le da sentido a la vida a través de sus hábitos, rutinas y modos de estar en el mundo, y también ese sentido lo logra adaptándose a los cambios y transformaciones de diverso tipo. El ser humano es un ser adaptativo y eso es lo que estamos haciendo, aprendiendo, adaptándonos y desarrollando habilidades que hasta hace poco no teníamos.
La pandemia, el aislamiento preventivo y el trabajo a distancia, junto a lo que ya había de recursos informáticos, más los últimos desarrollos, abrieron nuevas posibilidades y modos de trabajar. Y en eso estamos: aprendiendo día a día.
En la consulta de estos tiempos escuchamos inquietudes acerca del liderazgo a distancia. ¿Cómo liderar a distancia? ¿Cuáles son las dificultades? ¿En qué se diferencia del liderazgo presencial? ¿Cómo saber si lo estamos haciendo bien o mal? ¿Los líderes a distancia tienen competencias diferentes a los líderes presenciales? Soy el jefe de un profesional que jamás he visto personalmente, ¿Qué hago?
Es posible que algunos adelantados ya hayan escrito papers sobre el tema; nosotros pensamos que el modelo de liderazgo a distancia debe ser “tailor made”, ese modelo debe tener en cuenta las características de la industria, el tipo de negocio, la cultura de la empresa y las condiciones de trabajo, entre otros factores.
Lo que ya podemos aportar a este debate, es que la calidad de las conversaciones, serán claves en el liderazgo a distancia, ese es un aspecto a trabajar en profundidad en los tiempos que vienen: y cuando decimos esto nos referimos inicialmente a: recruiting, yes to desk, onboarding y feedback, son 4 procesos netamente conversacionales, que requieren ser reforzados, para lograr mejores resultados, en un mercado laboral altamente competitivo, que va por los mejores.
La seguimos en la próxima conversación.